Mario Luis Altuzar Suárez: Director General |
Ana Rosa García Cruz: Gerente |
Omar Flores: Coordinador Editorial |
|
Adam Kardmón
La
Conspiración del Fin del Mundo
Por Mario Luis Altuzar Suárez
Capítulo III El
Secreto de la Abuela Del desconcierto Eduardo pasa a la
consternación. En sus treinta y tres años de actividad política jamás había
cometido un error que obstaculizara sus ambiciones personales. Siempre se
ajustó para salir airoso en el arte del ejercicio brutal de la política. Una
trayectoria que en este mil novecientos noventa y siete, a sus cincuenta y
seis años de edad, se le consideraba por amigos y adversarios, como un
consagrado político por encima de su formación profesional en el ramo
económico que culminó cuando despertaba el espíritu soberano de los europeos
para oponer férrea resistencia a la agresiva expansión monetaria de los
Estados Unidos. Su nerviosismo tenía fundamento.
Creyó proporcionarle un momento de esparcimiento a su Jefe y amigo con la
inverosímil historia del director general del Centro Médico de Urgencias
Populares, sobre el moribundo que se recuperó, supuestamente, en forma
milagrosa y se esfumó sin dejar el menor rastro. Una fantasía que, pensó,
provocaría la risa en su interlocutor. En cambio, Su Excelencia le reprocha
agriamente su frivolidad y falta de sensibilidad ante un fenómeno estratégico
para su encargo: La Seguridad Nacional. Eduardo no alcanza a comprender la
razón del reclamo y se afirma en su convicción del engaño que sufrió un
médico de reconocida trayectoria internacional. Iba a contestar con un razonamiento
basado en el Recurso del Método para aclarar lo que creía era una confusión
en su Jefe, pero guarda un discreto silencio por la aparición en la puerta
del amplio salón alfombrado, de una anciana de regia vestimenta coronada con
un rebozo de seda negra que impide ver su rostro. La edad de la mujer se
presiente por su paso lento que no ha perdido la firmeza y rechaza el posible
uso del bastón. El silencio reinante es el honor ofrecido con respeto a su
investidura. Camina hasta una mecedora de caoba que se encuentra a un lado
del escritorio del Mandatario. Suavemente se acomoda, y cruza los largos y
huesos dedos de piel arrugada con uñas perfectamente manicuradas. La sombra
que protege su rostro crea un ambiente de misterio. Con voz hueca y profunda
exige que continúe la discusión: -
Por
mi no se detenga. ¡Prosigan! Repuesto de la sorpresa, el político
inquiere con la mirada y recibe como respuesta. -
No te
preocupes. La Abuela es mi consejera personal. –Y con la ira personal resume
a la recién llegada la experiencia del Encargado de la Política Interior y
califica su actuación de descuidada. Confirma: -
Es
incapaz de evaluar situaciones estratégicas para la seguridad nacional del
país. ¡Es un.... -
¡Ya!
¡Te ordeno que te calmes, Rodolfo! –Interrumpe la anciana en forma de
regaño--, tu amigo no tiene la obligación de valorar un hecho del que
desconoce sus alcances por ignorar su origen. ¡No te acuerdas? Tú mismo eras
escéptico. ¿Ya se te olvidó? Recuerda como llegaste a mi: Cuando eras
candidato emergente me buscaste para consolidar tu desorientación y abriste
desmesuradamente los ojos. Me mirabas desde esta misma mecedora que estaba en
ese tiempo en mi departamento, sin dar crédito a mis palabras. Te convenciste
al ver las pruebas que te mostré para respaldar la información secreta que
tanto esfuerzo y dinero ha costado en la historia, desvirtuarla ante los ojos
de la muchedumbre. ¿Cómo esperas, entonces, que este hombre pudiese valorar
un fenómeno de tal importancia? Conforme se deslizan las palabras, el
Jefe de las Instituciones parece tranquilizarse. En cuestión de segundos
pasan las imágenes de los recursos: Al ser designado candidato emergente,
ante la magnicidio del abanderado en campaña y por influencia de un poderoso
asesor de origen europeo, su antecesor en el cargo le sugirió visitar a esa
mujer que públicamente acepta tener más de cinto cuarenta años. Llegó a su
departamento y al recibirlo en la puerta le dijo: -
Tú
si aceptaste venir a verme. ¡Qué bueno! Vas a vivir. – Y lo sentó en su sofá
color marfil para dos personas. Una plática sobre geopolítica
latinoamericana, acompañado por un extraño licor de sabor exquisito. Lo
invitó a descansar en la mecedora y las palmas de las manos femeninas se
posaron sobre su cabeza para recitar una frases extrañas. Siente de nuevo el
sudor frío que corrió por su espalda cuando se comprometió a recibir el cargo
que se le encomendaba. En realidad, Rodolfo no creía en esas
cosas atribuidas a la ignorancia y al fanatismo. Pero por no dejar y evitar
cualquier sobresalto en culminar con la máxima investidura su meteórica
carrera administrativa dividida en dos etapas de quince años cada una; la
primera de puestos secundarios y la segunda de adelantar sus propias
expectativas en posiciones de primer nivel. Sus padres estaban muy orgullosos
del mejor de sus nueve hijos que sabía explotar su magnifica memoria
fotográfica para memorizar y, por ejemplo, terminar en dos los tres años de
bachillerato tecnológico. ¡Sabía que tenía que compensarles de alguna manera
a sus padres! Sus esfuerzos económicos y privaciones personales para
brindarle estudios en el “infierno”, así conocida la ciudad de Mexicali por
encontrarse tres metros abajo del nivel del mar. La frustración paterna se
intuyó con la amenaza del abuso de su ingenuidad provinciana y dedicación a
la escuela, por una jovencita de comportamiento escandaloso en la colonia
Portales y que se legitimó socialmente al casarlo mucho antes de que pensara
siquiera en titularse. Al ser designado candidato emergente, a sus cuarenta y
tres años, tenía la vitalidad y el podría hacerse del poder para sortear
cualquier contratiempo en su objetivo de compensar el esfuerzo y dedicación
paternos y por fin demostrarles que no se habían equivocado. Por eso,
cuidadoso de todos los detalles, acudió a la cita con esa anciana que, desde
que asumió el importante cargo, le permitió mudar la mecedora y todo lo demás
a la todavía conocida como Casa Presidencial o Residencia Oficial. Interrumpe
sus cavilaciones al oír: -
¡Ofrécele
una disculpa a tu amigo! – Y en forma automática estrecha la mano de su
subalterno y con un fuerte abrazo toman asiento debajo de un retrato que
cuelga en la pared norte de la estancia. La plática recupera su cordialidad.
Eduardo se muestra incrédulo al escuchar que el sistema político y social es
amenazado por la potencial aparición del Adam Kardmón, el nombre que
identificó al herido. No se trataba de un nuevo Mesías, lo que representaría
un problema menor y controlable. El peligro es realmente mayor. ¡Representaba
el Despertar del Espíritu de la humanidad! El colapso de los círculos
concéntricos del poder y la razón de ser del sistema productivo, alcanzaría
un pronóstico apocalíptico mundial. Y se debería evitar sin escatimar
esfuerzos y recursos, en defensa de preservar el desarrollo científico y
tecnológico del hombre. -
¿No
estoy soñando, verdad? -- Ironiza el Encargado de la Política Interna--, es
fantasioso que el espíritu o como le dicen ustedes, su despertar, pueda
causar tantos estragos. Una cosa tan intangible pertenece a los religiosos.
Lo nuestro es la realidad palpable y constante. La industria maquiladora es
de vital importancia, tanto para el país como para los consumidores, los
vecinos del Norte, con su potencial bélico y su perfeccionamiento para
reducir costos de producción en el exterminio, hasta hora, el mejor sistema
para conservar el equilibrio de la especie en el mundo. El desarrollo de las
armas, lo hemos comprobado en las comunidades indígenas. ¡Es material y ataca
a la materia! El planeta cuenta con cerca de seis mil millones de personas
con más de doscientas naciones reconocidas, con gobiernos perfectamente
establecidos y respaldados con financiamiento de organismos internacionales
que sostienen sus niveles de armamentos y su obediencia al modelo económico.
Después de Mahatma Gandi, asesinado en 1948, a un año de haber logrado la
Independencia de la India, nadie ha podido reasumir un liderazgo espiritual
que puedan ofrecernos antecedentes que fundamenten esas inquietudes.
Considerar al espíritu como un potencial desestabilizador, es incurrir en
yerros irreales. ¿Ya se olvidaron de la Tertio Millenio Adviente? Consagra en
este tiempo y espacio que vemos y tocamos, un año al Espíritu Santo y aquí,
somos respetuosos de los credos religiosos, máxime que son nuestros aliados
naturales por intereses económicos y políticos, lo que descarta cualquier
movimiento de protesta. Además, en la redacción del documento ecuménico se
carece de un señalamiento peligroso, al precisar que el Jubileo del Tercer
Milenio se dedicará en modo particular a la adoración de la Tercera Persona y
su presencia santificadora dentro de las comunidades de... -
¡Bravo!
¡Bravísimo! – irrumpe un voz con acento inglés acompañada de aplausos
estrepitosos de unas manos blancas y cuidadas finamente. El disertador se
sobresalta enojado, más se tranquiliza un tanto ruborizado al reconocer al
hombre de metro con noventa centímetros de alto, cabello rubio. Con exagerada
genuflexión, el político mexicano dice: -
¡Señor
Presidente! Sea usted bienvenido a su casa – y le ofrece, solícito, sus
asiento confirmando la cálida hospitalidad mexicana. Empero, el Mandatario de
los Estados Unidos desaira el ofrecimiento. Alguien más importante se
encuentra en ese recinto: -
¡Qué
alto honor es para mi el poder saludarle! – hinca la rodilla derecha y toma
con devoción la mano derecha de la anciana quien, con la palma izquierda, le
toca la coronilla. Los asistentes se felicitan de la agradable sorpresa, ya
que es de las que acostumbran a dar los buenos amigos y mejor vecinos, ¡tan
cercanos geográficamente! Y que han logrado zanjar los malos entendidos
históricos en los secretos pasillos ocultos a la opinión pública. Los
nacarados dientes del recién llegado brillan al esbozar su generosa sonrisa
cuando se excusa de haber omitido el protocolo diplomático, aunque su visita,
en realidad, nada tiene de causal y tuvo el cuidado de mantener en máxima
discreción su viaje, obligado por los informes de su agencia de espionaje que
había registrado el milagro esperado con cierto recelo. Un acto de esta
naturaleza exigía la coordinación de esfuerzos multilaterales para abatir los
riesgos potenciales. Comenta: -
¿Querían
ganarse la gloria solos! No podemos permitirlo. Debemos compartir todos los
sucesos, hoy más que nunca – dice en tono socarrón pero suficiente para
inquietar a Rodolfo, quien se apresura a explicar: -
¡De
ninguna manera, Señor Presidente! En estos precisos momentos recibía el
informe detallado de mi amigo y colaborador. Pensaba llamarle una vez
evaluada la información para ... -
No
se preocupe, mi amigo –ataja el visitante con cordialidad--. ¡Ya estoy aquí!
¿Se fija? Cuido sus finanzas públicas y le ahorré una llamada telefónica.
Estoy seguro que trabajaremos por el bien del mundo y de nuestros gobernados,
a quienes les debemos el estar en este privilegiado lugar en un momento
histórico en que se definirá de una vez por todas, el futuro de la humanidad. Con los dedos en la puerta, Eduardo
se apresura a rectificar su posición inicial y rescata de la memoria los
hechos relatados en forma atropellada por el director médico del hospital de
urgencias. Con habilidad excluye al actor principal para adjudicarse una
profunda investigación del caso, con la promesa de obtener resultados en poco
tiempo. Muestra una seguridad y firmeza de convicciones, tan ajenos a su
escepticismo e incredulidad iniciales, en un tema árido para su pensamiento.
En realidad, el cambio radical en su discurso tiene una causa central;
reproduce en su pensamiento las palabras de su asistente y concluye en su
interior: -
Tiene
razón. ¡Esta es mi gran oportunidad! Lograr alcanzar mis metas políticas
depende de que logre convencer al Gran Elector aquí presente, de que soy el
elegido para realizar esa importante labor. ¡Tiempo habrá! Y de sobra, para
poder interiorizarme en estas cuestiones que, por la visita inesperada y
secreta de nuestro muy querido amigo, sin lugar a dudas es muy importante. Sin embargo, la narración desalienta
al distinguido visitante. Expone su preocupación en el hecho de que meses
atrás, una secreta base militar de mísiles atómicos fue atacada
misteriosamente, con efectividad impresionante. Algunas cabezas nucleares
fueron derretidas, en varios cohetes se alteró el sistema electrónico de
vuelo para retornar al punto de lanzamiento, otros fueron desmantelados con
acucioso profesionalismo y, lo peor, que ninguna de las cámaras de vigilancia
de circuito cerrado o alarmas basados en rayos láser, detectara la presencia
de intrusos. ¡Un trabajo que llevaría varios meses con muchos técnicos y
científicos, se realizó en una noche sin dejar el menor rastro! Lo mismo
había sucedido en una base de los soviéticos, según pudieron constatar fieles
expertos del Pentágono. -
Es
alarmante comprobar que la humanidad se encuentra indefensa ante un ataque de
agresivos visitantes que han mostrado la fuerza de su poder destructivo con
su irrespetuosa y terrorista
incursión en nuestra bases. ¿De qué sirvió la inversión económica
financiada por los contribuyentes? Hay temor de que la investigación,
desarrollo, producción, instalación y mantenimiento de los cincuenta y tres
mil mísiles atómicos, no sirven de nada ya que pueden ser neutralizados ¡en
una noche! ¿Qué les decimos a nuestros electores? La razón es validada por Manuel, un
general de sesenta años de edad, encargado de la Defensa Nacional que ingresa en ese momento. Con sus
ordenanzas se cuadra ante los presentes y solicita permiso para integrarse a
la reunión. Le es concedido y se dirige a rendirle honores a la anciana que
disfruta al máximo ese momento. Se dirige al escritorio de Su Excelencia en
donde deposita algunas carpetas negras con la leyenda en cintas amarillas:
“Secreto Máximo” y ordena a sus ayudantes a instalar un proyector. Encienden
la las vídeo caseteras y dejan material sellado con fondo rojo en donde se
lee: “Solo Personal Autorizado”. Despide a los soldados rasos y se asoma por
el pasillo para comprobar que está a resguardo la improvisada cumbre
binacional. Desplaza su metro setenta y cinco corpulentos por sus ochenta y
seis kilos de peso, al kiosco de transparencias. Su tez morena parece
obscurecerse por la emoción al empezar a manipular los objetos electrónicos e
iniciar su elaborada disertación. Con la luz apagada, empieza la
proyección que muestra dos palabras: “Operación Quetzalcóatl”, sobre la pared
forrada de madera. El carrusel se alimenta con una serie de fotografías
tomadas en mil novecientos cuarenta y cuatro, cuando Manuel Ávila Camacho
firmó el acuerdo secreto de enviar un escuadrón aéreo a la defensa del
Pacífico, así como aumentar el flujo de enervantes a la industria militar
estadounidense que le permitió al mafioso Al Capone adquirir unos terrenos
para ese fin, en el Istmo de Tehuantepec. Recibió a cambio, información
estratégica para preparar a la Nación en sus medidas defensivas contra la
Conspiración Estelar. El narrador muestra los antecedentes de la presión
ejercida por Miguel Alemán Valdés sobre su homólogo Harry S. Truman para
recibir parte de la tecnología que consiguieron los Estados Unidos de los
extraterrestres capturados en mil novecientos cuarenta y siete y que se
disfrazó en su control por el Plan Marshall europe y el programa posterior
que se llamó “Átomos para la Paz” de Dwight David Einsenhower en mil
novecientos cincuenta y cinco. Un resumen cronológico, minucioso, de las
actividades oficiales en la materia que coincide con la creación de la
División Federal de Secretos con personal militar y que al dejarse en manos
de policías federales, se convirtió en una agresiva competencia de las
agencias estadounidenses que controlan el tráfico de drogas, por lo que siete
años antes, había desaparecido. En la sección correspondiente a
medidas preventivas, se expone en los vídeos, el control militar en zonas de
alto peligro: El Cerro de la Estrella en el oriente del Distrito Federal,
Malinalco y Teotihuacan en el Estado de México, el Tepozteco en Morelos,
Palenque y Bonampak en Chiapas, Uxmal en la Península de Yucatán bajo férreo
control de la familia Patrón que, a su vez, es sometida por sus vínculos con
narcotraficantes. Hay más áreas de prioridad secundaria y hasta marginal. Con
orgullo, el general comenta: -
Todo
está perfectamente cubierto y con inmediata capacidad de respuesta de
nuestros cerca de cuatrocientos mil efectivos distribuidos en treinta y dos
zonas que se encuentran conectadas con Panamá mediante el Acuerdo
Multilateral Antidrogas que coordina el estadounidense Juan Puente Negro, --
se jacta Manuel al informar que desde mil novecientos setenta y tres se forma
un grupo especial, sin registro en las nóminas para evitar un posible rastreo
civil, entrenados en los máximos umbrales del dolor físico, forjados
psicológicamente para evitar la confusión de órdenes mentales o
electromagnéticas que envíe el enemigo, con el instinto desarrollado para
alimentarse del entorno y elaborar armas mortales con elementos naturales. -
Se
ha dosificado la presencia militar para su aceptación pública, con programas
de cooperación policíaca, sin descontar que se infiltraron elementos en
dependencias federales, oficinas privadas, políticas y de las llamadas de la
sociedad civil que solamente sirven para estorbar los intereses de los más
altos valores nacionales, -- dice el jefe de las fuerzas armadas y hace un
reconocimiento a Carlos Salinas de Gortari por haber estrechado las
relaciones con su vecino del Norte y haber reinstalado las relaciones con el
aliado natural de la especie humana, El Vaticano, al modificar el artículo
ciento treinta de lo que había sido la Constitución. Alaba que el ex Jefe de
las Instituciones hubiese sacrificado su prestigio personal para establecer
las condiciones apropiadas de defensa del sub continente, considerado de alta
prioridad. En el país, se ufana, en regiones distante y tranquilas, se cuenta
con la cobertura de combate al narcotráfico. “¡En el momento que quieran
invadirnos, cuando pretendan llegar esos extraterrestres, conocerán la fuerza
del Espíritu de Bronce!” Es la frase gloriosa para cerrar su magistral
exposición. Con la mirada en la profundidad de la
reflexión, el extranjero inquiere: -
¿No
faltó algo? La supervisión y vigilancia del comportamiento de personas de
mentalidad débil y susceptibles de aceptar el fanatismo de esos falsos
líderes religiosos y metafísicos. Ellos son sumamente peligrosos, porque
podrían organizar la resistencia a las medidas gubernamentales y favorecer el
complot de los invasores. La respuesta le tranquiliza un poco.
Los helicópteros Bell Jet Ranger con desplazamiento silencioso y de
altitud indetectable, fueron justificados con la leyenda popular del
Chupacabras en la provincia y nadie sabe de su existencia en la Ciudad de
México. Están adscritos al Programa Antinarcóticos de la policía civil y sus
operadores son de probada discreción y habilidad en la realización de sus
actividades. La inspección rutinaria se realiza diariamente sobre dos
colonias: La Hipódromo y la Condesa que concentra la actividad de los
fanáticos. El sistema electromagnético de las aeronaves puede precisar el
origen de energía que se maneja en cada punto y, en muchas ocasiones, pueden
anularla al atrapar las vibraciones mentales. Los que se encuentran fuera de
la zona muestran mayor indefensión a la vigilancia. -
Siento
que falta algo en todo ese esquema, -- observa el visitante. Eduardo siente
la oportunidad de recuperar prestigio y abonar su futuro político. Comenta: -
¡Claro!
Mi director de inteligencia le ha dado un profundo y concienzudo seguimiento
a las supuestas apariciones de la Virgen de Guadalupe por todo el terr... -
¡Basta
de sandeces!, -- irrumpe la anciana con voz de trueno --. ¡pierdes la
oportunidad de guardar silencio! Estupefacto y lívido, el operador
político del Jefe de las Instituciones, no acierta a comprender la brusquedad
de la mujer que todos respetan a niveles de idolatría. Burlón, el Presidente
de los Estados Unidos le señala: -
¿Se
refiere acaso a nuestra marca patentada?, -- le entrega un legajo con
fotografías en donde aparecen tecnificados centros maquiladores de
manufacturas a partir de rayos láser, en la elaboración de figuras
celestiales en roca, madera, granito, ¡hasta en tortillas y mazorcas de maíz!
Imágenes de hombres de negro que amparados por la sobra de la noche, ejecutan
la impostación en lugares públicos, los tumultos y el falso rechazo del poder
sotánico. Le recrimina: -
El
manejo de la información, mi querido amigo, es la fuente del poder. ¿Lo
olvidó acaso? ¡Usted que aspira a ingresar en las filas mayores! ¿Lo olvidó?
La información se maneja siempre en dos vías: Recepción y emisión. ¡Para qué
le digo más! Mejor observe y aprenda. – Y despectivo se voltea para sonreír
abiertamente al dirigirse a la puerta para recibir a un hombre pulcramente
gordo, moreno, con cerca del metro setenta de alto, vestido de hábitos
púrpura seguido de otro personaje, chaparrito, muy demacrado que hacen que se
vean más grandes los anteojos que el mismo rostro alargado que corona una
corbata con una escuadra y un compás. -
Bienvenido
Su Excelencia el Cardenal, --expresa cordial el Presidente de los Estados
Unidos y después de abrazarlo se dirige al siguiente--. ¡Qué bueno que vino
mi querido amigo! Desde aquel marzo intenso le perdí de vista. -
Usted
sabe, señor Presidente. Fueron días de emergencia por la necesidad de
sustituir al candidato y que finalmente fue ungido nuestro actual amigo el
Jefe de las Instituciones Nacionales, -- responde el hombre bajito. Mientras tanto, consoladora, la vieja
abraza a Eduardo descompuesto por el desconcierto. Lo mima y lo conduce a un
rincón del salón. Con tono maternal explica: -
Al
consumarse la expulsión de Quetzalcóatl en mil cuatrocientos noventa y dos,
los Dioses se enojaron y decidieron abandonar definitivamente a los
mesoamericanos. ¡Antes, diario compartían sus conocimientos con sus
discípulos! Se desilusionaron de su miseria interna. Sabían que en la
confabulación contra Quetzalcóatl, se encontraban sacerdotes que habían
recibido su enseñanza de matemáticas, agricultura, ingeniería, astronomía,
astrología, orfebrería, textil y el arte de las plumas. Hombres que se
dejaron vencer por su ambición para aprovecharse del Conocimiento y crear un
ejército de esclavos. Por eso, los Dioses se fueron para siempre y nos
dejaron esa inmensa responsabilidad de conducir a la humanidad que retoma con
fuerza y vigor Fray Juan de Zumárraga, al ser designado en mil quinientos
veintisiete como el Primer Obispo y el Primer Inquisidor de México, para
enfrentar el reto de consumar la Conquista y darle esplendor a su religión,
decidió rescatar a la Madre de la Fertilidad, Tonantzin, que era venerada por
los Sin Dios en el Cerro del Tepeyac y que se creían herederos de Quetzalcoatl.
Urdió una estratagema secreta incluso para sus superiores y Su Majestad: Le
ordenó al converso Marcos, excelente pintor y mejor miniaturista, que pintara
en un ayate a la Madre Tonantzin pero, con vestimenta española y el entorno
resumiera simbólicamente, la enseñanza religiosa para enviar mensajes
subliminales al inconsciente de los espectadores. Lo demás fue sencillo. Se
le prometió al Príncipe Chichimeca Juan Diego, financiar la atención médica
de su tío en agonía para convencerlo de ser el actor principal de las
apariciones insubstanciales en el mismo proceso de beatificación pero que es
un problema menor ya que es importante fortalecer políticamente a nuestro
amigo – y señala discretamente al purpurado --. De mil quinientos treinta y
uno a la fecha, se perfeccionó la tecnología de producción y la inducción de
las espontánea protección de los creyentes que buscan alivio a sus angustias.
Se tiene la posibilidad de repetir el proceso infinidad de veces. ¡Una
maravilla! Lo mira detenidamente y concluye: -
Debes
tener paciencia, muchacho. Tal vez tú seas mi Elegido. Tienes madera. – Y se
dirige a integrarse con los demás invitados. ¿Realidad o fantasía? ¿Estaba
despierto o soñaba? Eduardo no puede alcanzar la conclusión porque le llaman
para que se reintegre a la mesa principal. El distinguido visitante sugiere
la línea de acción que también le será transmitida al Jefe de los Rabinos:
Impulsar un programa de identificación personal por medio de un dermacódigo
de números y barras, imposible de falsear; rigidizar los requisitos para
registrar asociaciones religiosas y perfeccionar los mecanismos de
infiltración para reprimirlos sin alterar a la opinión pública; aumentar las
penas carcelarias a los infractores o, mejor aún, practicar desapariciones
selectivas y sumarias; a excepción de la religión oficial representada por el
purpurado, las demás deberán abstenerse de hacer reuniones con más de tres
familias a riesgo de ser acusadas de disolución social; auditar y crear
condiciones de clausura a los comercios dedicados a religiones orientales y
de metafísica; prohibir la impresión y circulación de libros, periódicos o
revistas que fomenten este tipo de información y de crítica; hostigar
fiscalmente y amedrentar con detenciones injustificadas, a los dirigentes que
hayan conseguido prestigio internacional, para inhibir sus operaciones y
anular a los masones que estén fuera de los círculos de poder. ¡Todo debe
hacerse en poco menos de doce meses! En el ámbito internacional se
fortalecerá el puente crítico de cooperación multilateral militar y en los
organismos mundiales se inducirá la idea del beneficio económico y financiero
de la integración comercial con la amplia visión de la unificación política
para abatir costos en el mantenimiento oneroso de embajadas y consulados,
refugio de haraganes que cuentan con demasiado tiempo desocupado que les
permite pensar. El Derecho a la Información, esgrimido por pusilánimes para
impedir la consolidación de una red satelital capaz de manipular el
conductismo humano en el centro cerebral de los gobernados, debe destrabarse.
Los programas militares deben ser abiertos y aceptados, una vez que se logre
inundar de ondas herzianas con las órdenes del comportamiento de los seres
humanos encaminados a la productividad y la eficiencia. La mejor manera de introducir la
estrategia, según el diseño presentado, es la profundización del modelo
mercantilista, cuyos tentáculos – impuestos e inflación --, actúan a favor de
la responsable concentración de la riqueza en unas cuantas manos, perfectamente
identificadas y conocidas para poder despojarlas en el momento que lo
requiera la Gran Cruzada por la Humanidad. Con buenas intenciones es
imposible pensar en defender al planeta. ¡Se necesitan recursos financieros!
¡Y muchos! Todos tendrán algo porque preocuparse: Los ricos por ocultar su
origen y opulencia y el riesgo de perderlo todo y, los miserables, sumidos en
la angustia del sustento diario con necesidades apremiantes de sexo y
comodidad, difícilmente podrán, entonces, percatarse de las medidas gubernamentales
aplicadas. En la profundidad de su ignorancia, esos pobres jamás podrán
valorar el servicio que le rinden a su especie. El modelo contempla la participación
de la Alianza Estelar. El argumento lo proporcionará un asteroide que se
acerca a la tierra. Será presentado como la ofensiva final de los enemigos de
la humanidad bajo la sospecha de que se alimenta de todos los seres vivos que
encuentra a su paso, además de que buscan apoderarse de los recursos
naturales del planeta. El perfil elaborado es convincente: Después de haber
perdido la batalla por el poder absoluto en su sistema planetario, fueron
expulsados y amenazan la sobrevivencia de la especie. La preparación
psicológica elaboró un complicado mecanismo de filtración de materiales a los
programas de radio, televisión y revistas especializadas, hasta culminar con
la aceptación oficial de la existencia del peligro a que se enfrenta el
planeta. La Alianza Estelar, cuyo logotipo es un dragón que lanza fuego, hará
su presentación como guardián salvador de la vida, al destruir al asteroide y
sin misterios, podrá confirmarse que han construido sus naves de guerra en
las bases ocultas en la frontera de Canadá con los Estados Unidos, en los
límites de Israel con Jordania y Siria, en la Llanura de Ustiurt y en
Transvaal, Sud África. En su explicación, el mandatario
estadounidense señala que el señuelo del Hangar Cincuenta y uno con su
Leyenda del Libro Azul, sirvió para dar a conocer verdades a medias, con la
intención de dosificar la información en una sociedad de consumo. En
realidad, expresa el Presidente, desde mil novecientos cuarenta y siete a la
fecha, los extraterrestres estudiaron los metales terráqueos para buscar
aleaciones similares a las de su lugar de origen y han diseñado una serie de
impresionantes aeronaves. Están inconformes porque no han logrado la densidad
requerida en calidad y eficiencia. Empero, han podido contar con la
tranquilidad suficiente para ensamblar una base en la cara oculta de la luna,
y expresa con júbilo: -
En
este año, queridos amigos, ¡podríamos hacer oficial nuestra relación! Serían
presentados como los potenciales salvadores de la humanidad que generosa, les
brinda hospitalidad y cooperación con los beneficios del potencial desarrollo
técnico, científico y sus repercusiones serán tangibles para toda la
sociedad. Aquí encontramos la importancia de la globalización. Ellos no
pueden negociar con diferentes gobiernos que se dejen llevar por sus
particulares intereses. ¡Necesitan un solo interlocutor! El sacrificio, bien
vale la pena. Seremos los arquitectos de mil años de esplendor para la
humanidad. Viviremos con libertad y democracia ya que los niveles de vida
serán sustentados por las civilizaciones que esclavicemos en el cosmos
porque, ¡alguien debe hacer el trabajo! ¿No es cierto? Y los aquí reunidos,
seremos los primeros inversionistas en la nueva era del Hombre. Revertiremos
la apocalíptica visión de San Juan, -- resume con carcajadas estruendosas
para desahogar su entusiasmo tantos años reprimido en el Salón Oval de la
Casa Blanca. Se sirven las copas con el mejor
champagne francés y brindan por el éxito de la Operación Quetzalcóatl y por
la Gran Cruzada por la Humanidad en donde todos agradecen la generosidad de
la Alianza Estelar. Apuran la bebida y Eduardo escurre una frase tímida a
forma de pregunta: -
¿El
Papa está de acuerdo con esto? Manuel le responde con otra
interrogante: -
¿Por
qué crees que no se atreve a publicar el Tercer Secreto de Fátima? Debió
circularse desde mil novecientos sesenta y hay tres sucesores de Pedro que
optaron por guardar el discreto silencio para mantener inocente nuestra
visión del mundo que se avecina, -- le palmea la espalda y le dice, imitando
al distinguido visitante --: ¡Salud amigou! Todos saben ya que es lo que tienen
que hacer y el reloj consumió las horas. Se despiden apresuradamente para
retirarse. La Abuela detiene a Eduardo en la entrada para susurrarle al oído: -
Hijo...
debes de prepararte porque está muy cerca el momento maravilloso de tu
Iniciación en los augustos misterios de la verdad oculta. ¡Felicidades! El mandatario vecino escucha y se
acerca para abrazarlo y besarle en las mejillas y en la frente con un cánido: -
¡Congratuletions! |
Capítulo II |
Capítulo IV |
Adam Kardmón, la conspiración del fin del fin del
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